Ya no eres el hombre que fue tu padre
Una epidemia silenciosa
Tu cuerpo necesita soporte, no estímulos
En las últimas décadas, los hombres se han vuelto más débiles Con el tiempo, el cuerpo deja de responder igual cuando no recibe los nutrientes y el soporte adecuados. No se trata de apretar más, sino de darle a tu organismo las herramientas necesarias para sostener energía, rendimiento y constancia.
Te levantas sin energía. Y arrastras el día.
El estrés constante, el mal descanso y los hábitos del día a día van agotando la energía del hombre moderno. Cuando el cuerpo no se recupera bien, todo cuesta más: concentrarte, entrenar, rendir (en cualquier ámbito) y mantener la constancia.
Peor rendimiento. Menos confianza.
Cuando la energía baja y el cuerpo no acompaña, el rendimiento general falla. La motivación cae, la confianza se ve afectada y la sensación de control desaparece, incluso aunque la mente quiera ir más rápido que el cuerpo.
Arrastrar